Año 18, número 278.

Una noble labor
Imagen: Jacqueline Contreras

Muy poco se habla de la labor de estos héroes silenciosos. Aquellos que son capaces de abrirnos las puertas hacia diversos mundos y sembrar conocimiento. Esta es la noble tarea de los bibliotecarios. Justo por el sureste de Jalisco en el municipio de Tapalpa, entre calles de piedritas mágicas y árboles de pino, se encuentra la biblioteca pública, que aún pasados 40 años desde su inauguración, sigue creando espacios para que la comunidad pueda acercarse a la lectura.

Carmen Margarita Huerta Hernández es la delegada actual, y desde hace 20 años se encarga de realizar diversas actividades de fomento a la lectura, como lo son “la hora del cuento”, lectura en voz alta, tertulias, círculos de lectura para personas mayores, entre otras más. Parte de su interés por inmiscuirse en esta labor fue gracias a sus padres, quienes fueron bibliotecarios y cuentacuentos hace ya algunos años: “tenía una anterior visualización porque mis padres fueron bibliotecarios, entonces de ahí también partió el hecho de que yo empezara a interesarme en narrar cuentos, en hacer actividades para los niños“. Sin embargo, no todo fue un camino fácil de recorrer, pues aún con sus padres como un gran referente, ella tuvo que prepararse e ir a diversos cursos para poder formarse como bibliotecaria, y sobre todo, ganar confianza en sí misma y sus capacidades. Todo esto para lograr convertirse en la persona que hoy en día es admirada y querida por muchos lectores y personas de la comunidad tapalpense.

Por otra parte, ser encargada de biblioteca también supone un gran trabajo y retos que afrontar, pues a diferencia de lo que muchos podrán pensar, no es un trabajo sencillo, pues menciona: “hay muchas personas que piensan que los bibliotecarios no hacemos nada, que solamente estamos ahí atrás de del escritorio y ya. Y pues sí, o sea, a lo mejor estamos atrás, pero hay muchas cosas que trabajar”. Tareas que van desde planear el cronograma de actividades para los grupos de primaria que visitan la biblioteca cada mes, hasta los procesos técnicos y operativos que deben realizarse constantemente cada mes, son solo algunas de las muchas tareas que se realizan detrás del escritorio y de las que no muchos son conscientes de.

Otras cuestiones que llegan a suponer grandes retos que afrontar, por mencionar algunos, están el acervo antiguo que, pese a ser un acervo muy bueno y valioso, está algo desactualizado. Sin mencionar también los materiales y el apoyo económico, pues según El Universal, a la fecha varias bibliotecas en México (entre ellas figura La Biblioteca Vasconcelos) están atravesando por una severa crisis de austeridad que poco a poco ha deteriorado las diversas instalaciones donde se promueve la cultura y la lectura en nuestro país. Es por eso que en la mayoría de los casos, menciona, se aprende a hacer de todo:

Cuando hemos tenido encuentros de bibliotecarios decimos que somos todólogos porque le hacemos a la a las manualidades, a la lectura, a la escritura, a los juegos, a que si ya se nos cayó la barda, pues también ahí andamos haciéndola de albañiles.

Pero no todo es malo, pues menciona que una de las mayores satisfacciones que ha logrado a lo largo de su labor como bibliotecaria es la atención a usuarios, pues gracias a eso es que muchas personas, tanto niños como adultos mayores, les tienen un gran cariño en biblioteca. Sobre todo, menciona ella, son los adultos mayores quienes demuestran un mayor entusiasmo en las actividades que realizan dentro del club de lectura: “en mi caso, con los adultos mayores, ellos cada ocho días ya me están esperando. Es más, hasta les da como enojo, vamos a decirlo, el día que no tenemos taller”.

Es justamente en estos aspectos, que parecieran ser tan pequeños, que radica la importancia de quienes se dedican a promover la lectura en una comunidad. Es una tarea que necesita tiempo, esfuerzo, dedicación y cariño, pues la lectura nos permite a todos explorar nuevos mundos y ampliar nuestros conocimientos. De esta manera, al salir de una biblioteca, no solo llevamos libros, sino que llevamos con nosotros el eco de quienes dedican su vida a la divulgación del saber y la lectura, porque mientras exista un bibliotecario, ninguna historia estará verdaderamente olvidada gracias a esta noble labor.

Evelyn Flores

evelyn.flores3032@alumnos.udg.mx