Año 18, número 275.

Pedro Páramo ecos de género desde la mirada contemporánea
Fotografía: Jacqueline Contreras

El Auditorio CASA 1 del Centro Universitario del Sur se convirtió en el escenario de un diálogo profundo y necesario en torno a Pedro Páramo, novela cumbre de Juan Rulfo, ahora leída desde una perspectiva de género. El conversatorio, titulado «Hablemos de Pedro Páramo», convocó a especialistas de los ámbitos literario, jurídico y periodístico, en una jornada que puso en el centro a las mujeres silenciadas por el tiempo, la narrativa y el sistema.

El evento contó con la participación de voces destacadas como Alberto Osorio Méndez, Presidente del IX Coloquio lnternacional de Periodistas y Escritores; Araceli Gutiérrez Sánchez, periodista y crítica audiovisual del CUSur; Eva María de Jesús Barreto, directora de Igualdad Sustantiva en Zapotlán el Grande; Fabiola Valencia Macchetto, delegada del Coloquio y especialista en métodos alternos en Sayula; y Mayra Angélica Sánchez Grajeda, magistrada del Supremo Tribunal de Justicia. La moderación corrió a cargo del escritor y académico Ricardo Sigala Gómez. También estuvieron presentes el secretario académico del CUSur,  el Dr. José de Jesús Chávez Cervantes, y el maestro Hiram Ruvalcaba.

La película Pedro Páramo, inspirada en la emblemática novela, sirvió como punto de partida para un análisis que desmenuzó con rigor crítico los pasajes más simbólicos del texto, cuestionando la forma en que Rulfo retrata a las mujeres. Araceli Gutiérrez compartió una lectura en diálogo con las reflexiones de Cristina Rivera Garza y Elena Poniatowska, rescatando como el deseo, el cuerpo y la voz femenina son representados —y muchas veces anulados— en la obra. “Rivera Garza habla de un deseo por el cuerpo masculino y una propiedad del cuerpo femenino como objeto”, explicó. “Mientras que Poniatowska señala cómo los personajes femeninos están cargados de estereotipos, debilidades y silencios”.

Por su parte, Fabiola Valencia Macchetto recordó que cuando leyó la novela en su juventud, aún no existía el lenguaje para nombrar violencias que hoy se identifican claramente como simbólicas y estructurales. En su intervención, resaltó frases de la película donde la indiferencia de Pedro Páramo hacia su esposa se convierte en violencia silenciosa: “Actualmente se reconoce como violencia intrafamiliar el desapego, la indiferencia, la falta de reconocimiento. En la obra no hay insultos, pero sí una actitu constante de desdén”, apuntó.

A través de ejemplos concretos, Valencia evidenció cómo el caciquismo que domina Comala también refleja un modelo patriarcal donde la mujer es posesión. “Dolores, la esposa, representa a tantas mujeres cuya única meta era ser elegidas para el matrimonio, sin saber que serían abandonadas”, dijo.

Por su parte la magistrada Mayra Angélica Sánchez Grajeda subrayó que lo más doloroso no es lo que Rulfo escribió en 1955, sino lo que sigue vigente hoy. “Dolores Preciado fue silenciada, usada y luego abandonada. Esa historia no es exclusiva de Comala, es una constante en nuestras realidades actuales”, sostuvo. Desde su mirada jurídica, planteó cómo la novela permite comprender la violencia estructural y la desigualdad como fenómenos normalizados. “Las mujeres de ayer —como muchas de hoy— no pudieron elegir. Fueron moneda de cambio, cuerpos ajenos a sí mismos, sujetas a un deber y no a un deseo”, declaró.

A modo de cierre, Sánchez Grajeda pronunció una de las frases más potentes del encuentro: “Pedro Páramo fue un fantasma en la vida de Dolores y también en la de todos sus hijos. Y aunque Rulfo no escribió desde una perspectiva de género, hoy podemos leerlo así, como una denuncia silenciosa del lugar que se les ha asignado a las mujeres en la historia”.

Este conversatorio no solo dio vida nueva a la obra de Rulfo, sino que permitió mirar con ojos críticos y actuales la raíz de muchas injusticias. En la voz de las especialistas, Pedro Páramo dejó de ser solo un clásico de la literatura mexicana para convertirse en un espejo incómodo que nos obliga a confrontar la desigualdad aún persistente. Porque, como se planteó en el foro, la historia no cambiará mientras sigamos normalizando el abandono, la indiferencia y el silencio.

Jacqueline Contreras

jacqueline.contreras@cusur.udg.mx