Año 16, Número 223.

Fábula realizada como actividad para la materia de Literatura Española del Siglo de Oro de la licenciatura en Letras Hispánicas

Imagen: Shutterstock

Una solitaria oruga paseaba sin rumbo ni esperanza,
hasta que vio a lo lejos a unas criaturas sin belleza igualada.
Osó acercarse y dijo: «¡Dichosos mis ojos, qué bello plumaje!».
Los pavorreales contestaron: «Vete de aquí, insignificante salvaje».
El pequeñín sin responder se alejó sintiéndose inferior y rechazado.
Pasaron los días y voló por los pavorreales una hermosa mariposa,
«Qué preciosa criatura, eres digna de nuestra compañía».
Pero la mariposa contestó: «No me junto con arpías,
hace unos días fui excluido por ustedes; hoy mírenme,
soy hermosa y vuelo por encima de ustedes».

No te creas superior a los demás, pues puede que algún día te sorprendan.

Aurora Guadalupe Lares Hernández