Año 18, número 277.

Karina Matuz Ruiz vivió su infancia en diferentes ciudades y estados del país. Cuando su madre se encontraba en labor de parto, tuvo que ser trasladada de Sayula a Ciudad. Guzmán, ya que, en aquel tiempo, los partos debían ser atendidos aquí. Más adelante, durante su niñez, y debido al trabajo de su padre, residieron en Mazatlán, Sinaloa; Chilpancingo, Guerrero; Acapulco, Guerrero; y Salina Cruz, Oaxaca. No fue sino hasta su etapa de preparatoria que una familia con la que trabajaba, le ofreció la oportunidad de estudiar en Ciudad Guzmán, donde finalmente se graduó como abogada. Aunque Karina continúa ejerciendo su profesión en una empresa fabricante de estanques de geomembranas, también se ha dedicado a un interés artístico que había mantenido latente: ser narradora oral.
Para Karina, fomentar la lectura en el sur de Jalisco fue algo que se construyó de manera espontánea, casi inconsciente. Empezó a compartir sus lecturas favoritas con sus amigas y familiares; sin embargo, a veces no tenía los libros a la mano, por lo que se veía en la necesidad de parafrasear las historias. Desde sus primeros años, Karina disfrutaba de platicar y solía ser una de las primeras en participar en actividades. Ya fuera que se encontrara frente a varias personas, con micrófono o sin él, le resultaba fácil interactuar con los demás. Su pauta principal para comenzar con este camino fue el hecho de leer en voz alta. No obstante, su meta por fomentar la lectura surgió, sobre todo, del deseo de que otros también pudieran disfrutar de este pasatiempo y generar un espacio en el que, tanto niños como adultos, fueran escuchados.
Su trabajo la ha llevado a viajar a ciudades como Colima y Guadalajara, además de recibir reconocimientos en el Día Internacional del Actor por parte de la Vocalía de Teatro. Incluso, hubo una ocasión en la que Karina fue invitada a realizar una narración oral de la historia del Cascanueces, mientras la Orquesta de la Cámara de Tuxpan, Jalisco, acompañaba su voz con hermosas notas de violín.
Gracias a esta labor, no solo ha contribuido a que otros se interesen por la lectura, sino que le ha permitido reunir anécdotas memorables. Durante una sesión de cuentacuentos en una colonia de Sayula, observó que uno de los niños llegó vestido con un traje impecable, con sus zapatos cuidadosamente boleados y un peinado perfecto. Considerando su elegancia, una de las amigas de Karina se acercó y le preguntó si iba a asistir o regresaba de una fiesta. Para su asombro, el niño respondió que no, que se había arreglado para participar en el evento de cuentacuentos. Otras veces, los padres le piden a Karina que se tome una foto con sus hijos o la reconocen y la saludan en la calle.
Dirigidas a los niños, Karina realiza narraciones orales para escuelas, festivales y eventos que van desde exposiciones culturales hasta ferias artesanales. Esto surge a partir de la demanda de emprendedores que buscan implementar actividades de valor para los niños, ya que la mayoría de las propuestas en las exposiciones están destinadas a los padres. Sin embargo, Karina señala que, durante sus sesiones de cuentacuentos, ha notado un gran interés por parte de ellos. “O sea, son los que gritan o los que se emocionan más […] ellos son los que se conectan más fácil. La realidad es que yo creo que todos tenemos ganas de conectar, no sé si con nosotros mismos o con las historias, y eso hace que se facilite”.
Por otra parte, a través de la editorial Ecatoco, ha generado una mayor cantidad de literatura para el público en general, específicamente los adultos. Pero la actividad que más destaca es La Matiné, una lectura en voz alta de obras específicas. Por medio de una transmisión en su página oficial de Facebook, Karina realiza estas lecturas todos los domingos a las diez de la mañana. Aunque al principio se leían cuentos infantiles, Karina se ha centrado ahora en compartir obras que le han gustado y que, a la vez, abordan temas delicados. Además, ha dado una importante difusión a autores locales, como Alejandro von Düben y Bladimir Ramírez. Para ella, La Matiné ha sido un espacio de mayor libertad y también un modo de protesta ante diversas problemáticas de nuestra sociedad.
Al elegir los textos para su audiencia, Karina se esfuerza por seleccionar aquellos que promuevan valores como la solidaridad y que contribuyan a la cultura de la paz. Asimismo, busca que sean divertidos y, a la vez, que inviten a la reflexión y permitan a los lectores identificarse con ellos. Otro aspecto que considera importante es que las historias tengan finales inesperados y que se destaquen por la elocuencia de sus autores. Karina menciona que la lectura ofrece una oportunidad para conversar con el autor, apreciar la disciplina con la que ordena sus ideas y generar una secuencia clara del punto A al B. “Eso te hace que puedas escribir, que puedas comunicarte mejor, que puedas tener un mejor rumbo de tu vida […] y te puedas encaminar hacia allá”.
Además del cariño con el que cuenta las historias, Karina ha construido una esencia que la ha distinguido de otros promotores de lectura. Físicamente, lo que más destaca es una línea de tinta que recorre sus mejillas y nariz. En un momento de su vida, observó en un libro de texto una historia relacionada con los seris de Sonora, en la que se mostraba a una madre pintando la cara de su hija con una espina. A partir de esa imagen, Karina adoptó ese distintivo como un símbolo: el cuento es la espina y la punta debe ser vista como una manera de sembrar raíces, explorando qué tan profundo puede llegar el cuento al corazón del lector. Siguiendo este pensamiento, Karina también ha dado importancia a las tradiciones, la cultura y el orgullo por la comunidad.
Otro elemento importante es el uso de nuevas técnicas en las sesiones de cuentacuentos. Además del kamishibai, un pequeño teatro de madera en el que se pueden ver láminas que llevan un dibujo en una cara y un texto en la otra, Karina ha implementado el uso del mandala tridimensional. Hecho de alambre y con una flexibilidad notable, Karina aprovecha esta característica para formar figuras e ilustrar partes de los cuentos. Es común que estas mandalas sean de un tamaño pequeño, pero en su caso, ha fabricado las suyas en una versión más grande.
A pesar del interés que muestran quienes la escuchan, Karina ha enfrentado la dificultad de que la lectura sea considerada un aspecto secundario. Ella comenta que si bien la lectura es un método de esparcimiento, es mucho más que eso: es una herramienta esencial en la vida. “Si nosotros, como sociedad, pudiéramos entender la lectura como ese medio para hacer que los cerebros de chicos y grandes funcionen de una manera más estructurada, que procesen información y que puedan aceptar y tomar las riendas de su vida […] ayudaría bastante a que pudiéramos ser más analíticos, ser propositivos y pudiéramos decidir cómo verdaderamente queremos una sociedad”. A raíz de esta minimización, ha surgido también la dificultad de que estas personas consideren su labor como la principal fuente de ingresos.
Además de La Matiné y los cuentacuentos, Karina tiene en mente desarrollar proyectos de lectura que sean multidisciplinarios. A través de Ecatoco Producciones, ha llevado a cabo adaptaciones de obras como La fiesta de las nubes de Bladimir Ramirez o Averiados de Alejandra Alonso al teatro de sombras y las ha combinado con sus narraciones orales. Asimismo, en su perfil de Instagram, se ha sumado a la dinámica llamada Jueves de ilustración random, que consiste en dibujar una imagen o boceto y compartirla en esa red social.
Como consejo para aquellos interesados en convertirse en promotores de lectura, Karina sugiere que es fundamental ser constantes, prestar atención a las estrategias que llamen más la atención de los lectores, y experimentar nuevas formas de contar y promocionar historias. Pero, sobre todo, destaca la importancia de disfrutar del proceso de llevar la lectura a los corazones de los lectores. Aunque aún hay aspectos que se deben trabajar en la promoción de la lectura, Karina es un ejemplo del esfuerzo por convertirla en un momento de conexión consigo mismo y de introspección sobre lo que cada lector quiere. hacer de su vida y su relación con la comunidad.



Fotografías: Isabel Reyes
Daniela Hernández Hernández
daniela.hernandez6686@alumnos.udg.mx