Año 18, número 273.

Comiendo cuerpos
Imagen: Jacqueline Contreras

Visitando distintas galerías y museos me he percatado de que todo es subjetivo. De igual modo, me he llegado a creer una frase de un amigo: “cualquier basura expuesta es arte”.

Recientemente descubrí a un artista chino de nombre Ai Weiwei. Él se inspiró en un evento acontecido en México. Elaboró 43 retratos hechos de legos que corresponden a los estudiantes desaparecidos de la escuela normal de Ayotzinapa. Hay algo en ello que me trasmite una sensación parecía al desconcierto, ya no son esas fotografías en blanco y negro que salieron en televisión, ahora son cuadros coloridos de piezas diminutas que se supone se deben de utilizar para jugar, divertirse y este no es el caso. Es extraño que una obra hecha de legos me haga sentir tan cercano.

Investigué más sobre el arte de Weiwei, pero me encontré con lo mismo que ya había visto en galerías, algo incomprensible para mí. Fue por esta investigación que llegué a una exposición acontecida en Shanghái, China en el 2000. Fuck Off, Weiwei solo fue el curador de la exposición, aun así era un referente en diversos sitios de internet, pero no por él, sino por uno de los colaboradores, Zhu Yu. Yu Había colgado una serie de fotografías las cuales tituló Eating Humans (2000) y exactamente eso se mostraba en las imágenes.

Sobre Zhu Yu no se sabe mucho, cosa rara en la época de las tecnologías. Los pocos datos señalan que nació en 1970 y se graduó de la Academia Central de Bellas Artes de China en 1991. Hay pocos registros sobre una exposición anterior a Eating Humans, pero algunos críticos ya catalogan su obra como parte de la “escuela del cadáver”, el cual procura el uso de cadáveres de personas y animales.

Volvamos a la exposición dónde Weiwei era curador. Este invita a Yu con su serie fotográfica. Al último momento, justo la noche anterior a la inauguración, prefirió retirarla por miedo a la interferencia del gobierno chino. De poco o nada sirvió la autocensura. Las fotos ya se habían filtrado en internet, pero ¿qué retrata esa serie fotográfica?

Eating Humans es una colección, al menos la que yo encontré, de seis instantáneas que parecen haber sido tomadas por un amateur. En la primera fotografía Yu sostiene un feto mientras lo está lavando en lo que parece ser una cocina, en la parte inferior derecha nos muestra un plato y un cuchillo. La segunda imagen es una mano que sostiene al feto desde sus cuatro extremidades. La siguiente fotografía es la del artista sosteniendo un plato donde lucen las extremidades del feto en una esquina y en el lado opuesto la cabeza pegada al torso. La cuarta y quinta imagen es casi lo mismo, en una el hombre degusta una extremidad y en la siguiente sostiene el torso y la cabeza mientras come de las costillas del feto, en ambas se aprecia un jugo de naranja sobre la mesa. La imagen final es la del artista sosteniendo un plato hondo, con el torso del bebé hecho caldo, la textura del feto parece gelatinosa y el color, como cualquier otro tipo de carne que se cuece, es de un café claro, casi gris. En cuatro de las seis imágenes Zhu Yu deja ver su rostro, concentrado, sin ningún gesto en particular, como si lo que estuviera comiendo fuera el pan de cada día.

Las fotografías que se infiltraron en internet, ese tan arcaico de principio de siglo que parece no haber cambiado, ocasionó en foros y emails la noticia amarillista de que en China comían fetos humanos. Recuerdo que mi hermana fue víctima de este correo spam allá por el año 2008 o 2009, justamente iba acompañado con una de estas imágenes que, ahora veo, son parte de un performance demasiado turbio.

Sobre cómo consiguió Yu el feto hay muchas teorías que él mismo ha dicho y se han tratado de desmentir. Se dice que se lo robó de una escuela de medicina o que lo compró a un hospital. Esto lo ha declarado en las pocas entrevistas que existen, pero las mismas televisoras muestran un aviso de que todo lo que diga el artista es falso, como una forma de deslindarse y evitar las leyes chinas. Para nuestro bien tenemos el beneficio de la duda.

Eating Humans es la obra cúspide del artista, pero no era la primera vez que Yu trabajaba con cuerpos humanos. Anterior a su obra más famosa se encuentra Pocket Theology (1999), fue una exposición que albergó un brazo humano en descomposición que colgaba desde el techo, este sostenía una cuerda que se extendía sobre la superficie de la sala.

Este artista, al igual que muchos otros, fueron censurados en el 2008, cuando Pekín fue sede de los juegos olímpicos. Yu interrumpió el uso de cuerpos en sus obras y se enfocó en realizar pinturas hiperrealistas. Sus exposiciones han sido constantes en China, lugar de donde nunca ha salido. Sobre que trataba de comunicar con este y demás performances, no tengo idea.

Weiwei continúa realizando obras que son parte de su activismo en contra de la censura, mismo que le ha valido diferentes arrestos en su país. Hoy en día reside en Portugal y Reino Unido. Los retratos de los 43 desaparecidos llegaron a la Ciudad de México en el 2019 al Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM. A la exposición acudieron algunos padres de los desaparecidos para seguir exigiendo justicia a las autoridades correspondientes.

Héctor Israel Rodríguez

hector.rodriguez7403@alumnos.udg.mx

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